AraucanÃa, rosa mojada, diviso
adentro de mà mismo o en las provincias del agua
tus raÃces, las copas de los desenterrados,
con los alerces rotos, las araucarias muertas,
y tu nombre reluce en mis capÃtulos
como los peces pescados en el canasto amarillo!
Eres también patria patleada y hueles mal,
a rencor, a borrasca, a escalofrÃo.
Hoy que un dÃa creció para ser ancho
como la tierra o más extenso aún,
cuando se abrió la luz mostrando el territorio
llegó tu lluvia y trajo en sus espadas
el retrato de ayer acribillado,
el amor de la tierra insoportable,
con aquellos caminos que me llevan
al polo Sur, entre árboles quemados.
Per un paese devastato che non ho, purtroppo, mai visitato e che ho imparato ad amare grazie a Neruda.